Quizás la polaridad política que se vive en países como Chile, España o ahora Venezuela, no sea la que vivimos los paraguayos, en donde las diferencias políticas pasan por arraigos de carácter histórico entre liberales y colorados que debaten sus posturas como sus afinidades futbolísticas, más que por ideologías o visiones de país, por no ceder al centenario legado de sus sendos caudillos y luchas perdidas.
Sin embargo, hay dos realidades sociales que juegan dos partidos simultáneos, diferentes y además, en el mismo maltrecho campo de juego.
Aunque posiblemente nunca haya sido parámetro para analizar alguna realidad en el Paraguay, mas que la de sí misma, (y casi siempre en sólo dentro de un círculo snob o a lo sumo, elitista) la cultura hoy nos pinta con realismo mágico, haciendo honor y referencia a los cuarenta años de macondo y su centenaria soledad, como vivimos esta paradoja cotidiana de coexistir tristemente en dos países sin perturbarnos en lo mas mínimo.
Hamaca Paraguaya cosecha otro premio más a fuerza de la claridad del realismo de su mensaje de soledad cotidiana y crónica de un pueblo que arrastra dos siglos de opresión, dos siglos resistiendo estoicamente los avasallamientos internos, internacionales o transnacionales contra su misma esencia nacional a fuerza de mantener el guaraní como símbolo de pertenencia profunda a esta tierra negada y triste, al macondo real y mágico, a la isla rodeada de tierra.
Todo ese contenido social mas la magia del arte cuando es honesto se ve magistralmente plasmada en esta opera prima de Paz Encina que recorre el mundo con la frente en alto en medio de un mundo de escaparates y falsos referentes.
El arte, según definiciones doctrinarias, es la “máxima expresión del imaginario de una sociedad”, esto quiere decir que la estética creativa de un pueblo llega a reflejar con alta precisión la cotidianeidad y las costumbres de una sociedad determinada. Sucede cuando la madurez de dicha sociedad hace que la conciencia sobre si misma genere autocrítica, replanteamiento y construcción de nuevas propuestas y realidades alternativas y diferentes. Cuando el cine anda bien, es que están cambiando las cosas, es el claro reflejo de que nos estamos reconociendo como somos, nos estamos animando a reinventar la realidad.
Dos países... en la misma página del mismo diario del mismo país, elogios al último concierto multitudinario y altamente rentable de los Kachiporros.
martes, 6 de marzo de 2007
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2 comentarios:
además de cantautor, crítico político? a ver cuándo recibimos más reflexiones, Huguito!!!!
Un abrazo fortísimo. Irene desde Uruguay
Ojo, justamente la rentabilidad de un grupo paraguayo, aunque se trate de uno que hace música "tropical" es tambien signo de que algo esta cambiando... es el cine, las artes y la música como hilo conductor, (o será director?)... ja!. Sin embargo están ahi los 2 países, solo que hay que mirar mejor...
Saludos brotha...
Gus.
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